En un lugar de Africa: buscando la libertad ~ UNA VISTA PROPIA

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27 de abril de 2007

En un lugar de Africa: buscando la libertad

Comentario de Tonia Pallejá. original de Canalcine.net, publicado en La Butaca.com

Stefanie Zweig, periodista y escritora judía nacida en Alemania en 1931, recogió en la novela autobiográfica "Nowhere in Africa" el exilio forzado que emprendió su familia huyendo de la persecución nazi, y que les llevó a instalarse en un paraje remoto en el corazón de Kenya en el año 38. Allí, su padre, un prestigioso abogado, se empleó en una granja, ganando el dinero suficiente para sobrevivir y pagar los estudios de su hija. Posteriormente, en 1944, el hombre se alistó en el ejército británico, hecho que les permitió regresar a Alemania con la intención de participar en la reconstrucción de su país.

Ahora, varias décadas después, Caroline Link, una premiada realizadora alemana, traduce en imágenes aquella odisea personal –un viaje más interior que exterior– en este film que hereda el mismo título de la novela original, y que resultó ganador del Oscar® a la Mejor Película de Habla No Inglesa en la edición del 2003.

Es "En un lugar de África" una historia sobre el respeto por la diferencia, un canto a la tolerancia que condena cualquier tipo de prejuicio, pero sobre todo en aquello que atañe a la raza y a las costumbres y tradiciones ligadas a cada cultura. Esto no sólo queda reflejado a través del tema del nazismo, cuya política en contra del pueblo judío obliga a la familia Redlich a huir de su país, dejando atrás a sus seres queridos y renunciando al privilegiado estatus económico del que disfrutaban hasta el momento, sino también en el proceso de adaptación a esa realidad africana que les acoge, ya que mientras la pequeña Regina y su padre, Walter, no tardan en asimilar la nueva situación y se integran sin dificultades (aprenden la lengua nativa, se relacionan con los miembros de la tribu, etc), la madre, Jettel, una mujer consentida, muestra al principio una actitud negativa, de rechazo e incluso desprecio por lo “desconocido”. Será su hija quien trate de hacerle ver que su postura no está muy alejada de la que mantienen los nazis hacia su propio pueblo.

"En un lugar de África" es un apreciable relato que retrata unas circunstancias históricas y sociales concretas mediante la particular lucha que emprende esta familia para salir adelante en un nue-vo entorno muy distinto de aquel del que procedían. Narrada de forma clásica, funcional y efectiva, la película es testimonio de la evolución de sus protagonistas y de la manera en que progresan sus relaciones.

Por un lado, el guión, escrito por la misma directora, se centra en la crisis que atraviesa el matrimonio Redlich como consecuencia de este drástico cambio de vida, marcado por las duras condicio-nes que ahora les rodean, y de las sucesivas separaciones a que se ven empujados. La estupenda actriz alemana Juliane Köhler (vista en "Aimée y Jaguar"), metida en la piel de Jettel Redlich, logra que su personaje resulte antipático cuando así se requiere, pe-ro, a medida que avanza la trama, también podemos llegar a en-tender sus sentimientos y motivaciones como mujer, madre y es-posa, reconciliándose –o casi–, finalmente, con el espectador.

Por otra parte, se focaliza la aten-ción en la leal amistad que se establece entre su cocinero nativo, Owuor, y Regina, la hija de la pareja, una niña abierta y despierta cuya pureza, libre de prejuicios, contrasta con la visión de algunos adultos. Esta última línea argumental, a mi entender la más interesante y entrañable, podrá recordar, aunque sea algo vaga-mente, a la maravillosa novela "El león", de Joseph Kessel, am-bientada en una reserva natural situada a los pies del Kilimanjaro, donde se da una situación similar entre la pequeña blanca, su ma-dre y el sirviente negro. Regina está interpretada al inicio por Lea Kurka y en su adolescencia por Karoline Eckertz, siendo ambas jóvenes intérpretes otro de los aciertos del casting; elogios exten-sibles, en realidad, al resto del elenco actoral.

Cualquier film que transcurra en un marco geográfico tan impre-sionante como lo es, en este caso, la hermosísima Kenya, ya tiene mucho ganado. El omnipresente paisaje de la sabana africana, una zona desolada por la sequía, por un alto índice de mortalidad y por el hambre, ofrece una cara severa, agreste, aparentemente estéril, pero es también una ventana abierta a la libertad, al amor por la naturaleza más salvaje y a la posibilidad de que el hombre se reencuentre con sus propios orígenes y avance en su camino. Ca-roline Link, como ya le sucediera a Stefanie Zweig, se enamora de este entorno, nos muestra a sus gentes con respeto y compren-sión, ayudada por la destacable fotografía de Gernot Roll. Con todas sus adversidades, África es, ciertamente, libertad, y así se nos ofrece en los primeros minutos del montaje, donde se contrapo-nen, en paralelo, las imágenes cálidas, abiertas y sosegadas de Kenya con esa Alemania fría, restrictiva y amenazante para los judíos.

No se le pueden hacer reproches ex-cesivamente encendidos a la película de Link. Es cierto que su realización resulta algo convencional, que sufre algunos baches intermedios, que el interés por unas u o-tras subtramas es dispar, y que sus más de dos horas de duración a-caban pesando en el tramo final. Pero se trata, en general, de una producción estimable que aunque se obsesiona un tanto con la figura de la madre protagonista, tiene sus mejores momentos en los sentimientos que surgen entre el fiel cocinero keniata y la niña. Y, además, como viajar a África no está al alcance de todos los bolsillos, por el ¿módico? precio de la entrada podemos disfrutarla en la distancia mediante este encomiable acercamiento.

No me gustaría, tampoco, dejar escapar la oportunidad de mencionar las posibles comparaciones que se han establecido entre el presente título y la ya clásica "Memorias de África" de Sydney Pollack, paralelismos muy superficiales y que pueden llevar a engaño. Porque con la excepción de que ambas películas están prota-gonizadas por blancos en tierras africanas, poco más tienen en común.

Por último, señalar que no me pare-ce extraño que Link y los suyos se hicieran con el Oscar®. Probablemen-te no era la mejor película no anglo-sajona que generó el pasado año, puesto que ya parto de la base de que algunas de las nominadas en esta categoría tampoco debieran haber optado al premio. Pero incluye todos aquellos ingredientes que tanto gus-tan a la Academia –judíos perseguidos por el nazismo, dramas familiares de superación en entornos poco favorables y un excepcional telón de fondo en el que recrearse–. No obstante, esto no tendría que suscitar reparos en el espectador potencial, dado que la cinta debe ser tenida en consideración como se merece.

www.labutaca.net/films/16/enunlugardeafrica1.htm

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