Marie Antoinette, la reina del rock ~ UNA VISTA PROPIA

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30 de marzo de 2007

Marie Antoinette, la reina del rock

Artículo de Laura Crespo, publicado en La Vanguardia (España).

Tras los abucheos recibidos en su presentación en Cannes, Sofia Coppola decía lo siguiente sobre su última película, Marie Antoinette: "Creo que es mejor tener una reacción. Tanto si a la gente realmente le gusta o no: Creo que es mejor que una respuesta mediocre". La directora se mostró tan audaz ante los exigentes críticos como su guión, donde se atreve a contar el paso por Versalles de la última reina de Francia a ritmo de una banda sonora en la que predomina la música pop-rock.

Calificada de vacua, superficial, anodina e incluso pija, parece ser que a muchos no les ha sentado demasiado bien la particular versión de Coppola a través de los ojos de una banal adolescente de los trascendentales hechos históricos que desencadenaron la revolución francesa y el final de la monarquía gala. Sofia deja de lado lo político y se centra en esa niña de catorce años que se enfrentó a la enorme responsabilidad de representar los intereses de Austria al mismo tiempo que debió adaptarse al riguroso protocolo de Francia. Y para narrar esa descontextualización, ese miedo a lo desconocido, ese sentimiento de ¿qué hago yo aquí? mientras todo Versalles le juzga, juega con la música hasta convertirla en protagonista.

Todos, incluso las nominaciones a los Oscar, coinciden que Coppola no ha conseguido superar su anterior trabajo, Lost in translation (2003) quizá porque partir de un tema histórico exigía mucho más. Sin embargo, con Marie Antoinette la directora consolida su talento para trabajar las bandas sonoras. La música que utiliza le inspira hasta el punto de construir su propia perspectiva del argumento: "Escuché los temas mientras escribía el guión. Me ayudó mucho a desarrollar la historia. Encontré mi visión escuchando las canciones que acompañan a las imágenes. Digamos que primero creé la atmósfera. Luego, a partir de ese momento, conté la historia."

Sofia Coppola demuestra, después de dirigir tres películas, haber sido desde siempre una gran consumidora de música. En sus films abarca estilos muy variados, que van desde bandas míticas hasta grupos con álbumes presentados el año pasado. Con Marie Antoinette añade el barroco dieciochesco de Scarlatti y las piezas de piano de Dustin O'Hollaran y las mezcla sin pudor con rock e incluso after-punk. Y no sólo creo que le queda bien, sino que la música consigue subrayar situaciones, explicar emociones y va mucho más allá de lo que cuentan los diálogos.

El gran logro de Coppola es convertir la música en una eficaz arma narrativa con un sello muy personal, capaz de comunicar desde lo más obvio hasta lo más sutil, complementando de forma magistral a las imágenes. Ante un personaje que se siente pequeño en un palacio enorme, descolocado por su condición de recién llegada y por todo lo que se espera de ella, lo lógico hubiera sido, por ejemplo, usar el silencio para acentuar la sensación de soledad. En cambio la opción de poner a The Strokes o Adam & the Ants puede que además remarquen el carácter rebelde de María Antonieta y su alma adolescente enjaulada entre pasillos interminables.

Una vez resignada a su destino y acostumbrada a las rígidas costumbres de la corte, María Antonieta decide aprovecharse de la situación y despilfarrar en joyas, vestidos y dulces mientras suena una obvia I want candy de los Bow wow wow. Aunque la tristeza de seguir lejos de su familia y el diario desprecio de su pactado marido siguen latentes con el sonido oscuro del Plainsong de The Cure el día de su coronación o la nostalgia que desprende Il Secondo Giorno, de Air.

Habituados al uso de la música incidental, lo original de Coppola es sumarle este componente anacrónico para que además de adornar, el choque entre lo que esperamos oír –clavicordios o laúdes- y lo que finalmente suena matice mucho más. En sólo una ocasión los personajes parece que realmente escuchan un tema del siglo XX, es decir, la música se vuelve diegética, cuando en la fiesta de máscaras bailan al son del Hong Kong Garden de Siouxsie & The Banshees. Un divertido guiño al espectador, al igual que las fugaces zapatillas deportivas Converse que descubrimos entre cientos de pares de zapatos de la reina.

Quizá el guión, la historia de la transición de María Antonieta y no la de una posible evolución, lleno de rumores y cotilleos y sin intrigas palaciegas o grandes historias de amor, frustran las expectativas de la mayoría. Otros, entre los que me incluyo, simplemente nos dejamos llevar por una selección de temas muy cuidada y un gusto musical amplio y trabajado al servicio de la narración.

Me identifico con sus preferencias por el rock melódico sin estridencias, las reconocibles guitarras eléctricas, el post-punk de carácter travieso y oscuro y esa faceta entre atmosférica y oriental que dosifica intercalando a Aphex Twin o a Air. Sonrío cuando reconozco a grandes grupos ochenteros al estilo de New Order, al mismo tiempo que me sorprende la calidad de nuevas bandas como los suecos The Radio Dept. Hasta los títulos de crédito recuerdan a los Sex Pistols y su Never Mind The Bollocks. Toda la película destila pasión por la música y por ello, cada film de Coppola se convierte en una completa experiencia musical.

http://www.lavanguardia.es/gen/20070129/51303359792/posts/marie-antoinette-la-reina-del-rock-coppola-maria-antonieta-versalles-francia-sofia-coppola-sex-pistols-austria-cannes-oscar.html