La Vendedora de Rosas: el efecto gonorrea ~ UNA VISTA PROPIA

Índice de contenidos

22 de julio de 2007

La Vendedora de Rosas: el efecto gonorrea

Las películas del director colombiano Víctor Gaviria (La vendedora de rosas, Rodrigo D, Sumas y restas) están repletas de diálogos difíciles de entender. Ahora bien, no se trata de un problema de sonido o de mala dicción de los actores. El “problema” de las películas de Gaviria es que algunos de los personajes hablan en un argot barriobajero tan peculiar que resulta incomprensible tanto para un español como para muchos latinoamericanos. Así que criticar una película de Gaviria porque “no se entiende” viene a ser como quejarse porque la televisión pública catalana no se entiende: una paletada provinciana.

De hecho, el uso de jerga barriobajera es, sin lugar a dudas, el punto fuerte de las películas de Gaviria. Y que nadie piense que, dado que Gaviria es colombiano, esta exhibición de argot no tiene demasiado mérito. En los últimos tiempos hemos visto otras películas colombianas que retratan ambientes marginales (Rosario Tijeras, El Rey) y no hemos encontrado ni rastro de la jerga endemoniada de películas como Sumas y restas y, sobre todo, La vendedora de rosas.

Desde luego, como medio para dar a conocer cómo se habla en ciertos ambientes marginales las películas de Gaviria no tienen precio. Gracias al director colombiano nos hemos enterado de la existencia de palabras como “cositos” (kilos), “bucha” (tía), “putería” (genio), “chirrete” (yonqui), “cagao” (borracho), “peladitos” (niños), “diablito” (crack), “arrechomino” (cachondo), “embirriado” (armado), “aranao” (agresivo) o “engalochado” (colocado). Y también de que “gonorrea” es el insulto favorito de lumpen colombiano. Y esto no tiene precio. Nuestro vocabulario aumenta día a día gracias a unas películas cuyos diálogos “no se entienden”.

Karim Sambá
http://www.ladinamo.org/blog/?p=17

No hay comentarios.: