Todo sobre mi madre: reflexiones del autor ~ UNA VISTA PROPIA

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17 de junio de 2007

Todo sobre mi madre: reflexiones del autor

Después del rodaje de La flor... tomé algunas notas sobre el personaje de Manuela, la enfermera que aparece al principio. Una mujer normal, que en las simulaciones (que hacía con los médicos del seminario de trasplantes donde dramatizaban una situación en que los médicos le comunicaban a una hipotética madre la muerte de su hijo) se convertía en una auténtica actriz, mucho mejor que los médicos con los que compartía la escena.

Mi idea al principio fue hacer una película sobre la capacidad de actuar de determinadas personas que no son actores.

De niño yo recuerdo haber visto esta cualidad en las mujeres de mi familia. Fingían más y mejor que los hombres. Y a base de mentiras conseguían evitar más de una tragedia.

Hace cuarenta años, cuando yo vivía allí, La Mancha era una zona árida y machista, en cuyas familias el Hombre reinaba desde su sillón orejero, tapizado de brillante "eskai". Mientras las mujeres solucionaban realmente los problemas, en silencio, teniendo muchas veces que mentir para ello. (¿Será esta la razón por la que García Lorca decía que España había sido siempre un país de buenas actrices?) Contra ese machismo manchego que yo recuerdo (tal vez agigantado) de mi niñez, las mujeres fingían, ocultaban y de ese modo permitían que la vida fluyera y se desarrollara, sin que los hombres se enteraran ni la obstruyeran. (Además de vital era espectacular. El primer espectáculo que vi fue de varias mujeres hablando en los patios.) No lo sabía, pero éste iba a ser uno de los temas de mi película número 13, la capacidad de la mujer para fingir. Y la maternidad herida. Y la solidaridad espontánea entre las mujeres. "Siempre he confiado en la bondad de los desconocidos", decía Williams por boca de Blanche Dubois. En Todo... la bondad es de las desconocidas.

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